Páginas

miércoles, 17 de febrero de 2021

20: Misión

Después de cuatro siglos de trabajar para Marina, ya sabía muy bien su modus operandi. Era una mujer que se ganaba la lealtad de la gente a base de amenazas y mentiras. Además, tenía a muchos seguidores que la admiraban por su fuerza y su maldad, seres tan malvados como ella.

Por fin, había llegado el momento de dar los últimos pasos para acabar con ella. Aunque todavía quedaran varios años por delante, el fin estaba muy cerca.

―Manuel ―me dijo una tarde―, tienes que encontrarla. Ella debe estar por nacer… O quizá ya nació… Puede ser que… ―hablaba casi para sí misma.

―¿Tienes miedo? ―pregunté sin pudor.

―¡Por supuesto que no! Ella jamás ha sido capaz de ganarme, ¿qué te hace pensar que me ganará esta vez?

―Yo no he dicho nada, solo te pregunté, es que me parece raro que estés tan nerviosa.

―No estoy nerviosa, solo quiero dar mis pasos bien pensados. Mi madre quiere protegerla de mí hasta el último minuto. ¿Te das cuenta de que solo en esta vida ella estará viva para acabar conmigo en el momento preciso?

―¿Y por qué no la acabas tú primero?

―No puedo hacerlo. El día de la batalla…

―¿Y no bastaría con que no te presentaras?

Ella bajó la cabeza. Jamás había hablado de ese tema con ella.

―Si no vas al lugar donde será la batalla, no correrías peligro ―insistí.

―No puedo hacer eso.

―¿Cómo no?

―Si yo no voy a dar la pelea, me muero. Al menos, si peleo, tendré una oportunidad. Con mi hermana, estoy segura de que puedo ganar, pero debe ser ese día.

―¿Cómo es eso de que te mueres?

―Necesito de su energía para poder vivir. Durante todos estos años, me he alimentado de ella, o de lo que quedaba de ella. En su última vida, no pude matarla.

―Lo hiciste.

―No, ella se salió de su cuerpo y, peor, ella estaba embarazada… Eso la hizo más potente. Luego, simplemente se fue. Se fue al lado de mamá. Si no la mato ahora, en el eclipse lunar…

―Por eso estás tan preocupada de que sobreviva hasta ese momento.

―Así es, lo que no significa que no la quiera ver sufrir.

―Y eso sería por…

―Haces demasiadas preguntas, Manuel, ¿me vas a decir que quieres defender a tu preciada hijita?

―Sabes que apenas la conocí, además, sé que tengo una hija, pero no la recuerdo, no tengo memoria de ella. Lo sé porque me lo han dicho. Además, han pasado demasiados años, no albergo sentimiento alguno por ella.

―Eso espero.

―Sabes que no miento. No puedo ocultarme de ti, ¿o sí?

―No. ―Se encogió de hombros―. Entonces, la vas a buscar y me vas a decir dónde vive, con quién, qué hace, a qué se dedica… Ya veré yo que hacer con esa información.

―Perfecto.

Salí de su presencia y tardé, a propósito, diez años de la vida de mi hija para decirle a Marina que la había encontrado. Hubiese demorado más, pero ella me buscó para cerciorarse de que no le mentía, así que tuve que decirle que al fin la había hallado.

―Cumpliste con tu trabajo, Manuel. Muchas gracias.

―¿Y ahora?

―¿Ahora? Ahora vas a ir con Raymond Kaulitz y los demás para infiltrarte y saber qué hacen. Cuando llegue el momento, les enviaré a mi querida hermana con ellos, les harás creer que soy yo para que la mantengan oculta hasta el día D, luego, apareceré yo y la mataré, ella no habrá tenido opción de aprender nada de magia si está con ellos. Mientras tanto me ocuparé de que no se entere de nada.

―¿Cómo podrán creer que eres tú si ella no tiene parecido a ti? Es decir, ella no tendrá tu carácter, ni tu…

―Deben creer que soy yo y que no recuerdo nada de mi vida. Tú se los harás creer. Puedes hacer eso, ¿no es verdad?

―Por supuesto.

―Hazlo. No me contactes si no es necesario, no quiero ningún error.

Hubiese querido quedarme con mi hija, pero al menos sabía que no la asesinarían.

Me fui a Inglaterra, allí se encontraba Raymond y Joseph haciendo negocios. Max y Leo buscaban a Marina, ellos buscaban matarla vida tras vida, solo lo consiguieron la última vez, porque ella lo permitió para sus planes.

Los seguí por varios días. Un día, tomaron un vuelo de regreso a Chile, así que supuse que se encontrarían en su refugio en las afueras de la capital, cerca de la costa, ese era su punto de reunión, un lugar muy alejado de todo y de todos.

Llegué al lugar y me escondí en el bosque. Una noche, ellos estaban cazando y corrí como si me persiguiera alguien. Los encontré por casualidad.  Les pedí ayuda y ellos me acogieron en su casa para protegerme. Les hice ver a Ricardo escapando de ellos.

―¿Por qué te perseguía Ricardo? ―me preguntó Ray.

―Por abandonar a Marina.

―¿Eras parte de su clan?

―¿Alguien es parte de su clan? No. Esa mujer es mala, es una desgraciada. Si pudiera acabar con ella…

―Eso es lo que nosotros queremos ―me dijo Leo.

―Ella arruinó a mi familia. ―No mentí.

―¿Qué estás dispuesto a hacer?

―Lo que sea necesario.

―Para destruirla hay que esperar el momento justo.

―Estoy dispuesto a hacer todo para terminar con esa bruja.

―¿Marina lo envió a matarte? ―me preguntó Nick.

―No. No. En su última vida se presentó un problema. ―Leo y Max se miraron―. Su muerte no fue la esperada y no pudo escapar de su cuerpo y ahora debía reencarnar. Volver a nacer como cualquier mortal.

―¿Ya nació?

―Sí, sí, supongo que debe tener unos diez, doce años. Aunque no sé cómo será.

―¿Sabes quién es?

―No, pero podría averiguarlo.

―¿Hace cuánto eres vampiro?

―Cincuenta años. Me convirtió por error un tipo al que jamás volví a ver.

―¿No sabes quién es tu padre?

―No.

Ray asintió con la cabeza.

―¿Y tus dones?

―Soy rastreador de tiempo y espacio. Puedo ver quién fue cada uno en su vida o de algún lugar, quién estuvo allí.

―¿Ya?

―También puedo manejar los elementos: agua, fuego, tierra y aire, como ataque.

―Bastante para un recién convertido ―meditó Leo.

―Y puedo provocar visiones ―concluí.

―¿Solo eso?

―Estoy aprendiendo a desaparecer.

―¿Estás aprendiendo o lo sabes?

―La verdad es que no ―contesté avergonzado―, no me resulta.

―Bueno, aquí podrás aprender ―me dijo Ray.

Yo sabía que ellos no confiaban en mí porque sabían mi conexión con Marina y Ricardo, pero así era como debía funcionar. Ambos bandos debían creer lo opuesto a la realidad: Marina debía creer que yo era incondicional a ella y Ray, que estaba allí para traicionarlos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenidos a comentar con respeto.